Una gira con californianos

Hoy he tenido el placer de ser la guía en Español de un grupo de turistas que venían de California, 30 personas en total, todos adultos.

Al comando del timón, el capitán Harm, un excelente amigo y colega neerlandés, que siempre me ha sostenido en esta aventura por los canales de Amsterdam, con su alegría y positividad hemos navegado a través de la ciudad, buscando descubrir toda su magía y esplendor en medio de la oscuridad de la noche, una oscuridad iluminada con la luz de una lámpara naranja, en medio a la mesa el famoso queso neerlandés para hacer más "sabroso" el paseo, acompañando la noche ''una botella de vino'' y para terminar mi voz al micrófono. 

Gente jovial, féliz de encontrarsen en los Países Bajos, llenos de ansiedad y entusiasmo por ver los tesoros que esconde la ciudad conocida como "la Venecia del Norte".

75 minutos divisando edificios históricos, museos y monumentos, obras de arte que la ciudad ofrece, como parte de su inmenso patrimonio arquitéctonico, cultural e histórico.

Entre una explicación y una copa de vino, las preguntas de los viajeros, interesados exáctamente en la vida cotidiana de la ciudad y de su gente, en sus costumbres y en la realeza del país.

En un momento del viaje, todas sus miradas se detuvieron y se fijaron en uno de los edificios más importantes de la ciudad "La casa de Ana Frank", conocida internacionalmente y punto fijo para los visitantes de la ciudad.

A la final, una despedida muy emotiva, era como si en pocos minutos las distancias que nos separaban se convertían en puentes, como si nos llamaba un saludo fraternal a pesar de ser la primera vez que nos encontrabamos...